El móvil como símbolo

SexAndSmartPhones

Si los coches son los símbolos de la imagen que los varones queremos dar ante los demás, parece que los teléfonos móviles (y otros elementos tecnológicos) que utilizamos se erigen en la imagen que, de hecho, llega a los demás. Nuestros vehículos solapan la fanfarronería y nuestros deseos de aparentar, mientras que los móviles nos brindan una imagen de lo que somos (o, al menos, de lo que parece que somos, que siempre es distinta de la que queremos ser).

Para demostrarlo, una encuesta de OkCupid: el número de relaciones sexuales no depende tan sólo de estar cachas, de parecerse a Brad Pitt o de tener cierto aire de familia con Nacho Vidal, sino que también está mediatizado por el aparatejo (tecnológico) que utilicemos. Antes de llegar al móvil, diremos que a las chicas les pone más que utilicemos una máquina de fotos réflex con lentes intercambiables que una compacta; y que no les da lo mismo que entre las manos tengamos una marca u otra. Además, no les pone nada de nada que utilicemos el móvil para hacer fotografías. Por lo que a estos asuntos respecta, el tamaño, la funcionalidad y la versatilidad importan. Como en todo. En cuanto a grupos de edad, a medida que van pasando los años las mujeres se van olvidando de estas cosas, aunque sigan las preeminencias y las preferencias.

Y en el caso que tratamos en el título de la entrada, los hombres con «teléfonos inteligentes» (smart phones) también quedan contagiados por el calificativo del aparato: un hombre con uno de esos chismes en la mano cautiva más que con un teléfono del año de la polka: igual el individuo se cree más auténtico, pero no se come una rosca. Y en esto somos iguales los hombres y las mujeres: nos pone más alguien cuanto más marque su teléfono en la cazadora, en el pantalón o en sus manos siempre aterciopeladas. Y no vale cualquiera: se tienen más variedad de parejas sexuales dependiendo del móvil que poseamos: los de Android y Blackberry triunfan, sí, pero los propietarios (-as) de un iPhone se las (los) llevan de calle. Aquí la cosa no decrece con la edad, sino que aumenta. La flaccidez de los cuarenta parece empañada por la consistencia de un móvil inmensamente táctil, inmensamente multifuncional, inmensamente atractivo.

¿La conclusión? Pues que soy poseedor de una cámara réflex Canon, que tengo un precioso y lustroso iPhone 4. Y que se lo digo al público en general, por si es de interés. Que, pese a móviles y cámaras, la cosa está muy mala y las estadísticas son para ponerlas en práctica. Que no sólo de Face Time vive el hombre (y la mujer).

2 comentarios en “El móvil como símbolo”

  1. "Teléfono del año de la polka" en funciones fotográficas por ausencia total de cámara…

    Sabía yo que algo estaba haciendo mal.

    ¡Esta entrada cambiará el curso de las cosas!

    😀

  2. Estos inventos me sobrepasan… No estoy para estos trotes… pero me alegro de que vuestra generación y más jóvenes, disfruteis y ligueis con estos aparatitos. En mi época ligábamos por la cara…y el culo… Besotes, M.

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