Sí, ya sé que el dicho (tan violento, por otra parte) no reza así, pero no podía evitarlo, ahora que me acabo de enterar que el MI6 estudiaba las bondades del semen como tinta invisible, tal y como desvelaba el Daily Telegraph y reproducía ayer El Mundo. Creo que a todos, más que el descubrimiento marrano en sí, nos intriga el origen del mismo. Tal y como se afirma en la noticia, Mr. Cumming estaba muy contento haciendo «varios descubrimientos para conseguir tinta invisible». Me imagino que un día no tendría más sustancias líquidas a mano, le brillaron por un momento los ojos, esbozó una sonrisa y penso en la hipótesis de la que mana la ciencia: «¿Y si…?» Y sí, oh, sí. Funcionaba. Ya se sabe que los genios son unos incomprendidos: el agente tuvo que ser trasladado con el tiempo, ante las mofas de sus compañeros. Sin palabras.
Dado que el agente comparte servicio con el mismísimo James Bond, nos imaginamos ya el título de alguna película marrana, que no vamos a reproducir porque este año estamos limpios de polvo y paja. Y sólo nos queda recordar cuánto hubiese cambiado el mensaje oculto del copista de El nombre de la rosa si Guillermo de Baskerville no hubiese notado, mediante el olor, que había sido escrito con zumo de limón. ¡Cómo hubiese cambiado la historia! ¡Que bella y romántica!
Ahora que se saben los intríngulis de los servicios de espionaje, muchos onanistas compungidos celebrarán ahora más que nunca, que son auténticos agentes secretos.
(Imagen de Alberto Racatumba.)
Joselu, es un placer verte por aquí, aunque esta entrada quizá no sea la más representativa del espíritu de Verba volant (si es que existe ese espíritu, si es que ese espíritu no es otra cosa que el caos). Lamentablemente, la imagen no es mía (su autoría aparece tanto pinchando sobre la imagen como al pie de la entrada). Además, mantengo una relación amor-odio con la tinta y con las plumas: soy zurdo y nunca he podido escribir bien con pluma porque mi mano iba arrastrando los preciosos trazos para dejarlos enmarañados y destruidos. Desde entonces (creo), me convertí en un prosaico que iba buscando la utilidad en la escritura pura y dura.
La noticia -que no conocía- es realmente sorprendente. Y le sacas punta con ironía. Pero no quería hablarte sólo de eso. Es la imagen de la pluma que aparece en tu post. Parece increíble pero es la misma que tengo yo (o un duplicado) con la que escribía los diarios a que hago referencia. Soy un amante de las plumas y esta ya tiene más de veinte años. Me ha hecho mucha ilusión verla en tu entrada. Espero que sea tuya y no que la imagen ser tomada de internet. Daría igual pero no sería lo mismo. Un saludo.