Hoy me he levantado pronto. He tomado mi zumo de naranja, mis dos tostadas y la leche con Cola Cao. He planchado una camisa. He preparado la comida…
Y me he puesto a escuchar música, buscando en los reflejos sonoros la paz que necesito. He empezado con el «Stand by me» de Ben E. King (me gusta mucho también la versión de John Lennon). He continuado con la banda sonora de Memorias de África de John Barry. Pero me he recreado especialmente en «Moon river», esa delicia de Desayuno con diamantes. Y para que la nostalgia se mezcle pero no se agite, he llegado a «Heart and Soul» (siempre me ha gustado mucho esta escena de Big: , que me ha transportado a otro mundo mucho mejor que éste despiadado pozo de sombras.
Y así, he podido flotar por los viejos creadores de sueños, por las esperanzas perdidas. Porque los labios tiemblan. Porque los corazones no son sino el reverso de las almas. Porque la vida es más triste sin los acordes que –a veces– martillean nuestro interior.
Y ahora me afeitaré. Y me ducharé. Y empezaré la rutina. Pero nadie podrá quitarme lo bailado.
(Imagen de Lammasu.)
¡Qué disfrutes del día! Besotes, M.