Hoy iba a escribir una entrada preciosa, llena de dulzura, escrita con técnica impecable y rebosante de buenas ideas. Cuando la he empezado a componer, se ha convertido en algo adocenado y previsible. Por lo tanto, me queda pegarme con las palabras un buen rato. Intentar que salga a flote o, al menos, que sobreviva. Para eso, habrá que esperar a mañana.
(Exclusiva: Chipirón me ha vuelto a hacer un regalo. Como en otra ocasión, ha escrito una entrada que publicaré en breve. Tendrá el espacio que se merece, porque está llena de talento.)
El dibujo ¿es de tu hijo? Esperaré ansiosamente lo que te escribe Chipirón. Besotes, M.