Quiero que toques música para mí. Que el cielo es mucho menos que la estratosfera de los mordiscos de vida que se arrancan a dentelladas. Quiero que toques mi canción favorita, porque el imperio de la noche invade los poros. Que la epidermis es mucho más que las caricias inexistentes. El universo se compone de cuatro acordes fantásticos. Quiero que cantes con voz desgarrada. Que la laringe y las cuerdas vocales son mucho más que los días y sus noches cargados a cuestas. Quiero oír la risa inapagada, los gorjeos de tu guitarra. Que mis pies son mucho más importantes que el camino que todavía queda por andar. Quiero que el silencio escuche al silencio. Que las bonitas aves marean de tanto dibujar trazos en el aire.
Si no fuera porque las aves me han desdibujado el paisaje (ya que se me han venido un par de gaviotas a la mente), diría que te estás metamorfoseando en un poeta.
The Great Gig in the Sky
(Pink Floyd)
Buenos días, Raúl Urbina:
¡Salud y amor para todos!.
– Estos días tu hijo Alberto habrá hecho preciosas fotografías, a ver si pones alguna. Me ha encantado esta de hoy con la nieve en tonos rosados.
– Ayer en el blog Puntos de vista de Manuel Casadiego estuve escuchando una música de villancicos, que te recomiendo.
Saludos.