Cada mañana, de lunes a viernes, Teresa se sienta y enciende el ordenador. En un ritual idéntico cada mañana, mira los periódicos en Internet —El País y El Mundo, por ese orden– para bucear, después, por el mundo de los sueños. Es el chorro de oxígeno que alimenta sus mañanas, la información y la ensoñación, a partes justas y escindidas. Teresa es una mujer de bandera. Su cuerpo le dio un buen susto hace ya tiempo, pero supo recuperarse por dentro y por fuera, a partes exactas y conciliadas. Teresa es la mujer de las palabras justas, y no porque no le guste hablar –que le gusta–, sino porque sabe afilar cada expresión con la ironía justa como para atinar sin molestar, a partes justas y convincentes.
Pese a todo y pese a quien pese, el rasgo distintivo de Teresa es la sonrisa. Una sonrisa que inunda su cara y que es un modo de vivir y un modo de mirar la vida desde el ángulo bueno. Una sonrisa que es un rasgo de carácter más que un esbozo atinado de los labios. Teresa acierta con ojos vivos cada detalle de la vida. Por eso, Teresa se sienta y enciende el ordenador de lunes a viernes. Se informa, sueña y trabaja. A partes justas, perecederas y tiernas.
(Imagen de El Ray. Puedes ir leyendo la secuencia de Fragmentos para una teoría del caos de forma ordenada pinchando aquí)
Seguiré mañana, no sin antes mandar un para de besos a Teresa. Buen fin de semana privado para ella.
uy si no había leído éste post.
Me lo apropio como si se tratara de mí.
(aunque yo sueño antes de leer el periódico, luego todo se "ode")
Me imagino (siguiendo el hilo de los comentarios anteriores) que leerá los suplementos (pero en la camay en su versión papel) y hará el autodefinido, mientras mordisquea una tostada de pan con aceite .
Al igual que GELU, tambien me quedó la curiosidad de qué hará los findes. No puedo añadir más a su atinado comentario. Besotes, M.
Buenas noches, Raúl Urbina:
Me creo tu relato de Teresa , porque has dicho que después de leer El País y El Mundo: SUEÑA.
Sin una inmersión profunda por el mundo y el país de los sueños, no habría sonrisa posible.
Deseemos que Teresa siga con su rutina de lectura y sobre todo con su posterior rato de ensoñaciones, para que no pierda nunca la sonrisa.
Saludos.
P.D.: Quizás el secreto esté en los fines de semana. ¿Qué hará los sábados y domingos?. Procura enterarte y nos lo cuentas.