Sin haber sido consciente de ello, los calcetines han formado ya un tallo narrativo en Verba volant. Los calcetines son símbolos de muchas cosas. Son símbolo de lo encerrado de la existencia, de lo sudoroso de la vida, de los rotos que ya no son descosidos. Pero, sobre todo, los calcetines son el elogio de la pareja. Salvo que seas mutilado por alguna sinrazón desafortunada o funesta, no hay calcetín sin pareja. El calcetín no es feliz si no es dual. Cualquier otro intercambio, cualquier otra permuta, deshace el orden cósmico de los calcetines unidos. El calcetín tiende, por su propia higiene, a la separación en el lavado de la misma manera que tiende a la reagrupación familiar en el momento de la recogida.
Sin embargo, como ya hemos dicho, aunque los calcetines no hayan nacido para estar solos, después del momento paradisiaco original, cuando están pegados con una grapa y una etiqueta, una vez pasado el peligro de la tijera para cortar el hilo umbilical que los une, sólo soportan juntos el primer lavado. Más tarde, el tambor de la lavadora será el túnel de la existencia, que los lleva a desgajarse, a perderse, a desparejarse.
Después, una vez resignados a la dualidad perdida, los dejamos reposar en un cajón. Ellos aguardan reclinados, como los divorciados en el bar de las segundas oportunidades. Alguna vez encuentran otra pareja. Y –así– hasta los siglos de los lavados. Hasta los lavados de los siglos.
Tengo la misma reclamación que Koky, todos parecen negros, pero te los vas a poner y claramente se ven las diferencias de la derecha y de la izquierda… es que no hay un tinte genérico ni en algo tan básico'
¿ Dónde está el bar de las segundas oportunidades?
Una vez diseñamos para una empresa las etiquetas de unas pinzas especiales que servían para emparejar los calcetines en las lavadoras. No sé cuál sería el destino de aquel producto, pero no lo he visto comercializado. Tal vez en algún hipermercado, o en las tiendas de los chinos…
A mí me obsesiona el no ser capaz de juntarlos con su gemelo natural, despues de la colada. Aunque parecen todos iguales, sobre todo los tipo ejecutivos, al ponertelos notas diferente el tejido del derecho al del otro (en losdeportivos, lo llevo muuuuucho mejor…)
¡Ah! y la foto muy graciosa tambien. Besotes de nuevo, M.
Me he reido mucho con este post… Raúl, me alucina tu capacidad de hacer literatura con cualquier tema. Eres un ¡as! Muchos besotes querido, M.