Raúl se sentó por última vez a escribir una entrada de su blog el viernes pasado. Hace dos días que su cabeza rumia ideas para recoger desalientos. Nada de nada. Raúl piensa que es una crisis pasajera, que no es grave. Que un gatillazo intelectual o estilístico lo tiene cualquiera. Pero quizá no quiera reconocer que bucea por el océano del sinsentido. Hoy se ha enfrentado a una pantalla demasiado blanca para salpicarla de signos negros. Se encuentra escoltado por alguno de los sonidos celestiales recomendados por Fernando Portillo y, a su derecha, una cerveza bien fría (Yuste, en recuerdo, precisamente, del pasado viernes. Día aciago).
Raúl sabe que los lectores son sabios y saben de esos vaivenes, de esas carencias. Sabe que su proyecto de Fragmentos para una teoría del caos también está en crisis de continuidad y no por falta de ganas. Ni por falta de rumbo. No sabe por qué, pero está en crisis. Nótese que Raúl nació un 29 de abril de 1966. Los amigos de las restas deducirán que es probable que esté por la crisis de los cuarenta (y tantos). Raúl es un tío flojo, inconstante. Lo mismo se muere de risa que se muere de asco. Lo mismo aguanta kilos como sopla globos hasta que revienten. Está en crisis de conocimientos y en crisis de estado de civil, en crisis de calma chicha, en crisis de sólidos basamentos morales. Raúl le da vueltas a la cabeza tantas veces que se marea. Un día dijo que no sentía nada por encima de las cejas y fue feliz como un niño.
Ahora, en vez de disfrutar por entero del único momento de calma que ha tenido durante el día, escucha una canción demasiado triste. Esta mañana se miró al espejo y notó que sus canas esporádicas empiezan a reclutar más pelos para su banda. Tiene tanto miedo a su reflejo que intenta evitar el contacto consigo mismo. El piano siempre le ha vuelto melancólico. Se acercan los momentos en los que el día empieza a descender de temperatura y sabe que, casi sin enterarse, llegará el día de mañana. Sabe que cada vez está más despegado de todo y de todos. Que no le interesan las obsesiones de los otros. Que está hasta los santos cojones de que en el mundo sólo importen los minutos. Las salidas de tono. Los silencios y los ruidos de los demás. Sabe que está más de vuelta que de ida. Y sabe que su camino es un camino sin retorno.
Raúl está en crisis. No sabe salir de un laberinto que él mismo se ha creado. No sabe escribir ni una puta línea que merezca la pena. No llega a estar tan triste como para llegar a descorazonarse, pero nunca se encuentra tan alegre como para estar radiante. Exultante. Ni de coña. También se lamenta de no atacar con su vena asesina a los hijosdelagrán. Ha pensado que no merece la pena, que pasa como de la mierda. Que son muchos y cobardes (por imperativo existencial).
Raúl piensa que es una contradición escribir una entrada sin interés, un fragmento que intente explicar el caos sin apellidos pero con nombre. Le gusta la belleza. Le gusta el saxofón. Le gusta el culo de las chicas (es una debilidad, como otra cualquiera). Le gusta quejarse en voz alta. Raúl está en una crisis que alcanza una porción de cielo igual a un horizonte. Al que se espera. Al que no se llega, sino caminando. Escribiendo. Llorando. Riendo.
(Raúl ha puesto hoy la foto que le ha dado la gana. En crisis)
(Puedes ir leyendo la secuencia de Fragmentos para una teoría del caos de forma ordenada pinchando aquí)
Yo, para conjurar la crisis de los cuarenta, tuve un hijo como elemento de catarsis vital… Ni se te ocurra. Córtate antes los cojones. El whisky es infinitamente más agradecido y te hace creer que lo que escribes merece la pena, cosa que a lo mejor hasta es cierta.
Ponme en tus enlaces por favor….JaJaJa
Será los sonetos del obsesionado Garcilaso de la Vega. Pasate a la literatura infantil. JaJaJa….
"Un rato se levanta mi esperanza
mas cansada de haberse levantado,
torna a caer, que deja, mal mi grado,
libre el lugar a la descofianza."
"Raúl está en crisis. No sabe salir de un laberinto que él mismo se ha creado. No sabe escribir ni una puta línea que merezca la pena".
Las dos oraciones primeras son circunstanciales. La segunda es, sencillamente, mentira. Te deseo lo mejor.
Me encanta
(los comentarios sosos también pueden ser gratos)
Debería apoyarte y darte palmaditas en la chepa y recomendarte un tinte para las canas, piensa que peor sería tener que teñírselas impepinablemente porque eres una mujer, depilarte las piernas, el bigotillo (que duele un montón), hacerte las cejas, las uñas, las ingles, las axilas, alisarte o adecentarte el pelo, lo de maquillar no entra dentro de la higiene sino al gusto, y por si fuera poco ir a comprar con las uñas recién pintadas (ah y luego la cena con las mismas uñas… ains qué poco dura) PUES NO HIJO NO. Lo siento, pero me he reído así JAJAJAJAJAJA
"Un día dijo que no sentía nada por encima de las cejas y fue feliz como un niño"
Es tu tiempo y con él haces lo que te plazca, aunque soy de la opinión que estar de malos cojones es desaprovecharlo, tú día de mala leche espero que termine y sólo sea uno. A mi el viernes me gustó.
Para estar triste y no querer decir nada… has dicho mucho. Niño, los cuarentañeros me ¡estais cansando con vuestras angustias vitales! (es broma). Es que los 40 es una edad muy catártica porque no eres ni muy jóven ni viejo pero es una edad espléndida, créeme. ¡Ojalá yo los tuviera! Y, es verdad, llena esa nevera… Besotes cariñín, M.
Buenas noches, Raúl Urbina:
¡Ay, qué peligro las personas tan caprichosas!. A ver si, -teatro aparte-, remontamos.
1- Mañana, lo primero, llenar la nevera. Podías preparar una lista esta noche.
2- La próxima vez, cuando tomes una cerveza Yuste, come un poco de chocolate.
3- Te pongo una canción, que espero te guste: El Aleph de Nina Daconte
http://www.youtube.com/watch?v=qFg9OVEGUIg
4-Un poema, de Luis Cernuda:
ESTOY CANSADO
Estar cansado tiene plumas,
tiene plumas graciosas como un loro,
plumas que desde luego nunca vuelan,
mas balbucean igual que loro.
Estoy cansado de las casas,
prontamente en ruinas sin un gesto;
estoy cansado de las cosas,
con un latir de seda vueltas luego de espaldas.
Estoy cansado de estar vivo,
aunque más cansado sería el estar muerto;
estoy cansado del estar cansado
entre plumas ligeras sagazmente,
plumas del loro aquel tan familiar o triste,
el loro aquel del siempre estar cansado.
5- Te deseo que descanses y que des gracias, por lo mucho bueno que tienes.
Mañana será otro día. Saludos.
Mi propio trabajo ha disminuido
durante la última década. Sin embargo sigo
muy interesado en el comportamiento de
apareamiento de abejas
Sin duda una de las principales causas del
rechazo del darwinismo y de sus versiones
modernas como la sociobiología o la psiología
evolucionista se halla en la caracterización de la
selección natural como producto de “la lucha por
la vida