No me atrevía, pero lo voy a hacer. Sacaré de mi negro interior una verdad que tenía metida entre los jugos gástricos y los higadillos. Daré pábulo a dimes y diretes, me atacarán por todos lados y me darán hasta el carnet de identidad. Pese a todo ello, lo voy a decir: soy clasista. Me gusta apreciar las diferencias entre los seres humanos, pero no sólo eso. Sin entrar en demagogias biempensantes, diré que, dentro de las diferencias humanas, no todas son igual de buenas. Así que empiezo.
No me gustan nada los que niegan o afirman con total rotundidad, obviando que entre el negro y el blanco habitan 256 matices. No me gustan nada las voces altisonantes, severas en sus juicios, con bocas que se retuercen en una mueca a la que llaman sonrisa. No me gustan los aprendices de dictadores. No me gustan los lacayos serviles, propensos a ocupar puestos elevados y que se niegan a admitir que las camarillas del poder siempre han hecho rodar cabezas, con o sin guillotina. No me gustan las personas importantes que no han hecho nada de importancia. No me gustan los que hablan de libros sin haberlos leído. Por principio, no me gustan las personas a las que no les gusta Mondrian. No me gusta el «crujiente de no-sé-qué-chorras». No me gustan los profesores que cogen un libro de texto, mandan leer a un alumno y luego van deteniéndose para exhibirse en clases magistrales. No me gustan las personas que hablan para los tontos. No me gustan las personas que hablan para los listos. No me gusta la gente que tira la primera piedra. No me gusta la gente que dice: «El que venga detrás, que arree». No me gustan ninguna de las profesiones en las que no se acuerdan de hablar de dinero cuando es suyo. No me gustan las personas que tienen que andar descalzas por el yate (en este punto -reconozcámoslo- hay un poco de envidia). No me gustan los meapilas. No me gustan nada todos aquellos que desearían que les enchufasen para hablar en una tertulia porque saben de todo. No me gustan las personas que no saben de nada. No me gustan las personas que no han probado el sabor de la arena y de la tierra. No me gustan los mimos. No me gustan los políticos (lo siento). No me gustan todos aquellos que piensan que son los más guapos. No me gustan nada todos aquellos que dicen que no quieren serlo. No me gustan todos aquellos que piensan más en el tener que en el ser. No me gustan las personas que sólo van al cine por los efectos especiales. No me gustan los que nunca han visto una película subtítulada porque dicen que no van al cine a leer. No me gustan los que sólo van al cine a ver películas iraníes. No me gustan los que dicen que el pisto, inevitablemente, lleva patata, ni aquellos que dicen que el pisto riojano no existe. No me gustan las personas a las que les gusta un sólo estilo de música. No me gustan los que nunca se han desmelenado. No me gustan los que nunca se han reprimido.
En fin, queridos. Después de este post, me he quedado sin amigos. Tendré que abrir un nuevo blog con seudónimo y, a partir de hoy, tendré que ir por la calle con unas gafas de esas que llevan adheridos bigote, cejas y nariz prominante.
(Imagen de Bukutgirl)
"Qué le voy a hacer si con razón o sin razón, aunque tú me des la vuelta tengo el mismo corazón" (Revólver, Odio)
Si no la ha escuchado, no me la niegue, quizá es otro tipo de música, por eso de no encasquetarse en un estilo. Lo dice una que si peca de algo, es de no saber nada, pese a haberle tenido como profesor.
Un Saludo
Buenas tardes, noches:
Qué peligro con los clasistas, y más en internet, que no nos vemos las caras, y puede haber tanto engaño.
Con lo que me encanta escuchar la voz, y lo que descubre en sus tonos.
¿Era realmente tu voz la que recitaba los poemas maravillosos de Ángel González?. Me cuesta encontrar los post en tu blog. ¿Has visto la imitación de Obama de Pete Peterkin?. El mimo que han puesto en la foto de La Palabra, no puedo mirarlo. Me asusta.
Saludos.
No se en que grupo de indeseables pedir el alta.
a mi los mimos si me gustan…
Vale, besotes, M.
Te has dejado a los asquerosos desayunadores de Nesquik, a los adoradores de un tal Zorrilla (No sé como sobreviviste en Valladolid con esa postura tan extrema) y algún que otro detalle que recordaré en cuanto de al botón de "Enviar!".
Conformate con un casto y puro abrazo de mi parte.
😀
Lo siento, Kokycid, peo NO ME GUSTA emigrar al espacio 🙂
Merche, no me gustan los mimos de cara pintada de blanco y haciendo "el mimo". Así que me puedes mandar todos los besotes que quieras. Soy todo papos.
Ya veo que yo no te gusto nada….(snif…) aunque creo que tengo un resquicio de poder caerte bien ya que me ¡chiflan las pelis subtituladas…cuando las entiendo en su versión original! Besotes, ah no, borro lo de besotes porque no te gustan los mimos… M.
Joder, te vas a quedar más solo que la una. Emigra al espacio, ja,ja,ja… Que conste que coincido con casi todos los "no me gustan", ja,ja,ja,ja. Muy bueno, muy bueno y muy de suicida.
Bueno, pasaremos lo de la tortilla de patata con cebolla. Pero que conste que lo hago por ti. Y un secreto: yo tampoco pasaría todas las pruebas.
Oye, y los que no aguantamos la tortilla de patatas con cebolla ¿tenemos algún futuro en esta prueba?
Aunque no creo estar libre de todas las culpas expuestas, yo no retiraría la amistad a alguien sólo por decir las cosas claras.