Dedicamos mucho de nuestro tiempo a hablar y poco a escuchar lo que tienen que decirnos. Por eso, nuestras conversaciones convierten el momento en el que se nos habla en el compás de espera para seguir diciendo. Con demasiada frecuencia, convertimos todo nuestro patrimonio comunicativo en una incomunicación llena de palabras. He dicho. Soy todo oídos.
Ya.. pero hay gente que no calla y no hay forma de meter baza… (menos mal que está la escritura para expresarse)
Buenas noches, Raúl Urbina:
Perdona el retraso. Te he dejado un comentario en tu post de hace cuatro días. No he tenido tiempo de hacer una relación de los que tengo pendientes, y no es fácil buscarlos en un momento.
Los iré añadiendo en días sucesivos.
Saludos.
Una pequeña anécdota: iba con mi hijo de vuelta a casa cuando me encontré esta cabina de Telefónica con el auricular partido. Me pareció una metáfora en sí misma de la incomunicación.
Gelu y Miguel: este blog está para servir de "mediador" y para lo que sea menester. Yo encantado.
Hola, Gelu. Hoy hemos estado de cambios introduciendo los nuevos blog en La Palabra Digital, así que ha habido un rato de vacío, pero ya está todo en orden. Espero que te gusten las novedades.
Raúl, gracias por permitir este abuso de hospitalidad.
Buenos días, Raúl Urbina:
A la tarde te escribiré un comentario. Tus últimos post, no pueden quedar sin respuesta por mi parte.
Hoy es un día muy importante para mí, y como siempre me falta tiempo.
Hasta luego. Saludos.
Gelu
P.D.: ¿Sabes qué ocurre con La Palabra digital?. Hoy no aparece el blog de Fernando Portillo, ni los enlaces recomendados.
Imposible, ni más claro ni más alto.
Sí
Te escucho, las más de las veces con mucha atención. Pero ese fenómeno de la conversación existe, a veces también es inevitable porque hay que oír cada cosa….