Las fiestas de cumpleaños infantiles sirven para que la tarde de los niños se estire hasta merendar y jugar hasta que el cuerpo aguante (y aguanta siempre. Y mucho). Mientras tanto, a los adultos nos sirve para esperar. Y esperar. Y que el frío llegue hasta el tuétano de los huesos. Lo peor de todo es que el frío procede de ese viento insano de saber que nosotros ya nunca seremos como ellos.
y la nostalgia que nos produce
Que añoranza… sobre todo de los chupetes que comprabamos en Pinedo para lllevar uno a cada niño de clase.
He leido tus tres últimos posts. Estas fiestas infantiles son así… a esperar. El de los prospectos medicinales me ha hecho mucha gracia porque algunos términos son tan enrevesados que como no hayas estudiado medicina y/o farmacología no se entiende ni papa. Las aventuras de los 5 que leiste en tu niñez, me hizo recordar a toda la serie de "Nancy Drew -Detective" que devoré en mi infancia de Toronto que creo tambien era de Enid Blyton, ahora que lo pienso… Besotes, M.
Y que lo digas, eso es lo que se siente.