Hoy ha salido un de esos días favoritos para mí, con suficiente frío como para estar apaciblemente cobijado bajo la soledad, el abrigo del ya demasiado oneroso gas natural. Siento también en mi pantorrilla izquierda el halo de mi procesador, que no ha parado de trabajar durante dos días en busca de El Dorado. He hecho muchas cosas, ninguna de ellas esencial para la Humanidad: prescindibles y por ello importantes. Por ejemplo, me he levantado de la cama. Me he enchufado al zumo de naranja y la leche con tostadas. Hoy tocaba que la margarina estuviese escoltade por mermelada de fresa (la de los días pares de mi caótica cabeza cuadriculada). Un cepillado de dientes y al asalto del teclado para que me encuentren las noticias.
De momento, el Papa, que advierte «en un mensaje de esperanza» que el mundo se encamina hacia la ruina. Menos mal que es un mensaje esperanzado. Mi vida, en cualquier caso, hace los honores de ser el adelanto de ese futuro. Lo que no sabe el Sumo (Pontífice) es que le quedan dos telediarios: por culpa del rugby, sabemos que las victorias de Gales aumentan las probabilidades de que el Papa esté en contacto más estrecho con las llaves de San Pedro. Entre las ruinas, las victorias deportivas y demás, los humildes mortales, que se mueren aunque gane Escocia, se alejan de los dogmas, y empiezan a desaparecer como los practicantes empezaron a desaparecer para convertirse en ATS.
Como las genialidades surgen de ideas estúpidas, podemos llegar a entender que haya notarios que digan que son como confesores. Como los notarios son unos tiparracos que se han dedicado tres años de su vida a permanecer encerrados durante tres años para inhalar aire depurado por los billetes, parecen no haberse enterado de lo obvio. Que están para leer con desgana un documento en voz alta, mirarte el carné con la parsimonia de un guardia civil y volver la cabeza cuando toque pagar con el dinero negro. Los notarios han tenido compañeros incansables: los jueces con los que se iban de parranda cuando estudiaban la carrera y que también permanecieron otros tres años, con sus días y sus noches, con el culo en el asiento e hincando codos. Por eso, muchos jueces españoles amparan a los de su gremio y esconden sus vergüenzas, aunque hay que concederles que están un escalón superior a los saudíes, que se niegan a invalidar el matrimonio de una niña de ocho años.
Los mitos se derriban a docenas. Por ejemplo, el «eres más corto que la picha de un virus» queda derrocado. Somos tan guarros y depravados por culpa del acoso y derribo de un virus asaltando a una mísera alga.
Ahora, en Navidad, seguimos derribando fronteras. Las estadísticas juegan también en contra del Rey y las audiencias. Su rollito navideño es muy esperado y comentado, pero poco visto en vivo y en directo. En un mundo en el que son jóvenes los menores de treinta y uno (a efectos de largarse de viaje a cargo de los impuestos y otras cosas), los juguetes de los niños se asemejan más al mundo de los adultos. Por eso podría ser posible lo imposible: que el primer anuncio del año no sea un anuncio. Como lo imposible es imposible, todo se debe a la publicidad, que es la única reina de la casa y gracias a la cual todavía gano mucho (muchísimo, dirían algunos mucho más millonarios que yo). Como nada es lo que parece, Papá Noel, ese enemigo de los Reyes, se lía a tiros y mata a gente. Sin duda, sale mucho más barato que alquilar un trineo y renos con opción a compra e ir asaltando casas para hurgar en los calcetines y las ilusiones. Menos mal que nos queda el Señor K. y el villancico de las navideces: no os lo perdáis. He dicho.
La imagen, de kevindooley.
Supongo que sin leerme los enlaces nada tiene sentido… pero voy con retraso, he perdido un segundo…
Sr. K, la has liado parda: la letra pasea a todas horas, tanto por el lado sano como por el insano de mi cabeza.
Alberto, no todos "El Dorado" son lugares utópicos. También es una película de Howard Hawks. Obra maestra. Obra maestra.
Mercedes, a ti te deseo un feliz año nuevo y mil si es necesario, por ser una tía maravillosa. Y ya sabes que yo, de mariconadas, las justas. Un beso
El mundo está hecho un asco… ¿FELIZ? AÑO NUEVO, Besotes, M.
EL Dorado??????????????????????????????????
El mundo está cada día más desquiciado, pero no podrán con nosotros porque podemos ser aún más desquiciados que él si nos toca los pies.
Gracias por la reseña al Navidez Rock 😉