Hoy me contradigo a mí mismo, porque no tengo nada que decir, ni imaginación para decirlo, ni técnica para decirlo bien. Hoy es un día soso para mi cabeza, para mi realidad, para mis manos, para mi imaginación. A medida que ha ido pasando el día, me he encontrado tonto, asqueado y vacío. Hoy no iba a escribir una entrada. Incluso he pensado en mandar el blog hacia el Mediterráneo vía desagüe, de alcantarilla en alcantarilla. Precisamente por eso, habéis de perdonarme esta entrada, blanca en sus contenidos, negra en pensamientos. Es una manera de pensar en la de mañana. Es una manera de no abandonar. Es una forma -como otra cualquiera- de no bajar cabeza y manos y dejar que el mundo todo sea una gran colleja.
(Imagen de Kyouei, vía Pasa la vida)
Sin embargo para no ser nada manifiesta mucho, un estado de ánimo, una rendición que no lo es, una lucha ante el estoque…
Yo tambien a veces no tengo nada que decir y… no digo nada. Besotes, M.
cómo te entiendo amigo…
Una buenísima forma de pasar la vida es sentarse a verla pasar
http://es.youtube.com/watch?v=hkbcQOK13R4
Sin imaginacíón ni ideas no hubieras escrito nada, osea que como las meigas…
La técnica adictiva como la de Muarakami.