Hoy es un día en el que han pasado muchas cosas. En principio, la entrada de hoy se iba a titular PPP (Pot Pourri Post: el post de la olla podrida), dado que ha tenido lugar la tercera reunión de blogueros de la Burgosfera, denominada en esta ocasión La olla digital. No obstante, como Pedro Ojeda realizará una crónica pormenorizada del evento, paso a comentar el último acontecimiento de un día intenso.
Se ha celebrado el primer concierto del festival Evoluciona Müsica con el grupo musical Kroke acompañado por la Orquesta Sinfónica de Burgos que dirige Javier Castro Villamor. A Javier Castro le conozco por haber sido su profesor en sus días de enseñanza media, lo que me hace muy mayor o -casi mejor- le hace a él un director muy joven y de gran talento. A Kroke les conocía por su música maravillosa, que embarga frecuentemente mis devaneos con el aire en las tardes rudas de cuerpo encerrado y alma libre. Esta noche ha sido muy especial: Kroke tocaba para la orquesta, la orquesta tocaba para Kroke y, lo que es más difícil todavía, tanto Kroke como la orquesta tocaban para la música. Me ha gustado ese caldo de cultivo en el que no desentonaba lo serio con lo desenfadado, la sonrisa con el compás, el ritmo con la levita. Creo que en el escenario se lo han pasado muy bien y la cuarta pared ha quedado rota por el embrujo de ese violín distorsionado escoltado por los sonidos amalgamados de sus compañeros. Hoy la música ha sido culta -casi siempre lo es- por partida doble, en un vaivén de conjunciones y afinidades. Kroke ha publicado discos como Ten pieces to save the world o The sounds of the vanishing world: hoy he visto que sí, que es posible. El mundo que creíamos desaparecido tiene un sonido, y ese sonido nos sirve para salvar el mundo. No se trata de salvar nuestro mundo, sino de salvar nuestra integridad. Hoy, gracias a la música, el mundo está un poco más cerca de salvarse del abismo. Me ha gustado que todos, allí reunidos, en torno a una olla o en torno a la música, hayamos estado más cerca de conseguirlo.
Qué desinfomado estoy de este tipo de experiencias e iniciativas culturales. Creo que deberé seguirte más de cerca, ya que te veo impuesto y empleas criterios de calidad que me convencen. Caray, la cantidad de cosas que pasan en Burgos. Un cordial saludo
Siempre he pensado que la música es lo más espiritual que tiene el hombre, es el puente entre el cielo y la tierra, en el cielo tiene que haber música. 😉