Conviene empezar contando la historia del título de esta entrada. No estaba destinada a titularse así: inicialmente, estaba encabezada como «Postales desde otro mundo». Hoy he cambiado de título dos veces: el nuevo era «Postales desde el infierno» y, a la postre, se ha quedado tal y como lo habéis podido leer. Todo lo anterior es totalmente necesario para comprender íntegro el sentido de este post.
El asunto comienza con un par de costumbres medianamente excéntricas que tenía mi padre. La primera, encargar a todos los amigos que salían al extranjero que enviasen desde todos esos destinos -cuanto más lejano y recóndito, mejor- cartas que él previamente les ha dado, destinadas a causar la sorpresa de sus destinatarios. Así, comprobaban que Jesús Urbina siempre era capaz de comunicarse desde todos los rincones del mundo con todas las personas que se proponía. Las líneas que escribía mantenían un periplo con los lugares y las personas y se convertían, por sí mismas, en una aventura.
La segunda era la manera que tenía de escribir las postales desde los diferentes lugares de veraneo. Convencido como estaba de que las postales mantienen un contacto más cercano al cariño o al protocolo que a la información estricta, escribía esas misivas antes de marcharse de vacaciones. Un día se sentaba ante la máquina de escribir -siempre escribía a máquina- y en unas hojas adhesivas que luego quedarían pegadas con precisión quirúrgica y sin resquicios escribía todos los tópicos habidos y por haber: «Está haciendo muy bueno», «Nos lo estamos pasando estupendamente. Y estamos descansando». No era infrecuente que algunos, incluso muy próximos, creyesen que era capaz de cargar con la máquina de escribir para aporrear las teclas a pie de playa.
Como veis, estas dos anécdotas explican y justifican el título inicial de «Postales desde otro mundo». Y se pueden aplicar muy bien al mundo nuestro de la blogosfera: uno puede ir impulsando unas palabras para proyectarlas en un día, en una fecha determinada. Y esa entrada llegará a los destinatarios, tanto si el remitente está ahí como si no. Es una manera entrañable de romper las barreras del espacio y del tiempo.
Prometo mandaros un post desde el infierno. Y, tal y como anda el patio, no sé si voy a tardar mucho.
(Imagen de News Fedora)
Kokycid. Has de saber -y esto no se lo había dicho a nadie- que mi padre, bajo otro nombre, es personaje de novela. En cualquier caso, tienes toda la razón: en el mundo hay personas diferentes, lejanas a uniformidades y que hacen de nuestras vidas algo distinto cada día. Mi padre era -esa suerte tengo- una de esas personas. Un día contaré más…
Merche. Creo que sí, que estaría un poco orgulloso de mí. Ojalá, esté donde esté ahora, alguna vez llegue a estar tan orgulloso de mí como yo lo estoy de él.
Un abrazo para ambos.
Creo que lo logras con los sujetos y predicados de manera magistral. Seguro que tu padre estaría muy orgulloso de ti. Besotes, M.
HUBIERA ENCAJADO PERFECTAMENTE EL SR. JESUS URBINA COMO PERSONAJE SIGNIFICADO EN "AMELIE" O "BELLE EPOQUE" O CUALQUIER OTRA ENTRAÑABLE PELICULA DE LAS POBLADAS DE GENTES "DIFERENTES" (HOY EN DIA ANDAMOS MUY NECESITADOS DE ENCONTRAR A ALGUIEN QUE RESULTE "DIFERENTE", QUE NO VAYA UNIFORMADO E IDIOTIZADO Y QUE APORTE ALGUNA NOTA DE COLOR)
Bipo. Desde el presupuesto obvio de que todos los padres son magníficos para sus hijos, he de decir con total objetividad que mi padre era un tipo bastante especial y con un talento poco común para hacer cosas poco comunes. Un día contaré más cosas.
Mafaldia. Seguro que hubiese sido un bloguero sin igual. Muchas veces he estado tentado de hacer entradas con extractos de sus cartas (las escribió a miles. San Pedro a su lado era un aficionadillo) y reflexiones. En otro orden de cosas, te diré que te estoy muy agradecido porque creo -sin saber el cómo- que estás muy atenta a los estados de ánimo de los demás, y eso ayuda un montón. Muchas gracias.
Blogófago. El autoposting es el puro onanismo blogueril. Ya sabes -pero lo pongo aquí para los que no lo sepan- que tengo un blog-diario propio y (casi) inaccesible en el que escribo sólo para mí y no para ser leído.
Merche. Mi padre, desgraciadamente, murió en 2007. Y te agradezco tu aprecio por mi escritura. Intento pegarme contra los sujetos y contra los predicados, pero no siempre con el éxito deseado.
Silvia. Creo que en el infierno se está más calentito en los días de invierno.
Detective con figura triste. Desde el otro mundo, que es este y con el gusto de las historias, que son las que nos acompañan siempre, hasta la muerte.
Gracias a todos. Mi padre creo que también os manda un saludo.
De verdad que desde otro mundo. Con gente así da gusto. Hace que el mundo se parezca más a un lugar en el que merece la pena ambientar historias…
Mejor mándalo desde el cielo…
Tambien creo, como Bipo, que tu padre era ¿o es? muy original. Tu no te quedas a la zaga… Haces literatura de cualquier cosa… qué envidia poder escribir como tu, querido Raúl… Besotes, M.
AutoPOSTING…
Realmente original, seguro que le hubiera encantado internet…
El otoño causa estragos y voy a coger a unos cuantos blogeros de las orejas y plaf, plaf, plaf…
Tú padre era un tipo genial.