Triple salto mortal

Acrobatics

Nena, se acabaron las elecciones a ser lo más. [Los enemigos de los hipervínculos, podéis perfectamente realizar la lectura de la entrada sin tener que ir a salto de mata. Los fanáticos del salto hipertextual, acudiréis a un homenaje autocomplaciente.] Se acabó parecer más fuerte para luego dar un traspiés. Se acabaron los días oscuros sin novedad. Se acabó no tener ni siquiera un hueco para mi felicidad. Se han acabado las excusas y se acabó llorar. Se acabó parar el tiempo como un mísero niñato a lo Peter Pan. Porque cada vez que hablabas, cada vez que me ignorabas, cada vez que te reías gustándote como sólo tú sabes gustarte cuando te ríes, yo ensayaba algún intrépido final: mi triple salto mortal. Se acabaron las medias tintas al hablar. Se acabó buscar refugio para esa seguridad, que corre el peligro de volverse cíclica y crónica. Se han acabado mis delirios de inmortalidad. Se acabó ser el primero en escapar a la voz de «maricón el útlimo». Se acabaron los líos, las prisas, la mediocridad. Se acabó soñar en todo para nunca despertar. Ya estoy harto de esperar: quiero más. Ten en cuenta, nena, que cada vez que hablabas, cada vez que me ignorabas y cada vez que te reías de todo en general y de mí en particular, gustándote con perfidia, yo ensayaba algún intrépido final: mi triple salto mortal.

(Versión prosificada y levemente adaptada de Triple salto mortal, de La casa azul y con imagen de Flamsmark)

4 comentarios en “Triple salto mortal”

  1. A pesar de que habitualmente desarrollas varias sustanciosas historias paralelas, hoy me quedo con la de fuera, y de dentro, me voy con Garfio, por atractivo y malvado.

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