Este blog, como he dicho ya alguna vez, tiene una comentarista privada que me tiene desconcertado. Se llama (la llamo) «Chipirón negro» -los asiduos ya la conocéis- y es una especie de voz alta de mi conciencia. Sin conocernos personalmente, me tiene más calado que Pepito Grillo a Pinocho (y tiene la ventaja de que es menos repipi). Continúa lanzándome atinadas observaciones, exabruptos (certeros todos ellos): es una bomba continua que explota expresividad, alegría vital y verdades como puños. El mensaje recibido ayer, era una excepción. Frente a su habitual aluvión de palabras llenas de significados, sólo contenía una frase y dos vínculos a sendos sitios. Decía: «Si te gusta la vida, no tienes más que entrar, garbanzo negro». Y las páginas a la que me remitía eran esta y esta otra. Entré y no entendía nada. Intentando desentrañar significados, vi «su página», la del calamar, llena de información, mientras que «mi página» estaba vacía. Con el orgullo herido por la ignorancia, comprobé que EOL es un portal que tiene como pretensión ser el portal de referencia de «la vida». ¿Será que su vida, como calamar-chipirón está llena, repleta de referencias e imágenes y que la mía, como garbanzo, se encuentra vacía?
Como si me leyese el pensamiento, hace menos de quince minutos recibo otro mensaje suyo: «Qué, acojona verse vacío, ¿verdad, garbanzo negro?». No te lo tomes a mal: tienes toda la vida para llenarte, como la página del garbanzo esta, que está en construcción. Yo estoy allí, tú no (todavía)». Yo sigo pensando que este Chipirón Negro, así, con mayúsculas, me conoce como si me hubiese parido. Así que tendré que hacerle caso. ¿Alguien sabe cómo se hace la argamasa para el edificio de la vida? A partir de ahora, tendré que poner el cartel de «Este bloguero se encuentra, ahora mismo, en construcción«.
(Aprovecho para mandar un saludo a otra comentarista privada y asidua -y siempre con la dulzura que aporta ser un poco borde-. Un beso, Elena)
(Imagen de la web BioLib)