Ayer fue un gran día. Una visita al Museo del Prado me permitió comprobar que hay ocasiones en que los museos son museos, que hay momentos en los que estos egregios edificios no son los parques temáticos en los que las administraciones, la sociedad, los individuos queremos convertirlos. La cola de la visita gratuita auguraba malos presagios pero, una vez diluida la multitud en la inmensidad, las dos horas de plácida visita me permitieron que las obras y yo nos mirásemos frente a frente, de tú a tú. Y tener una conversación privada con los maestros de tu imaginación es un lujo por el que hay que dar las gracias. Hacía mucho que no tenía el privilegio de que Velázquez me hablase de su aire con susurros siendo yo, pobre de mí, protagonista de su propia obra; Goya me explicó el expresionismo (y el impresionismo) diciéndome que esos movimientos no son un invento del siglo XIX (llegó a confesarme que era una leyenda urbana); Ribera, que se puede dialogar con el contraste y la oscuridad en tensión magnífica. Pero reconozco que yo, cuando voy al Prado, mantengo las conversaciones más delicadas, de esas de las que fuera de un museo sólo se toman con una caña por delante, con El triunfo de la muerte de Brueghel el Viejo (pinchando sobre la imagen, podréis verla en su máxima resolución) . También es cierto que, siempre que lo veo, he tenido la suerte de mirar de nuevo la muerte en silencio. Como habrá que hacerlo cuando la muy puta invada nuestro destino.
(Esta entrada reconforta, después de un día horrible de julio, que me llevó a dudar de la existencia de las obras maestras)
Gracias por la visión del cuadro. Espectacular.
Tuviste suerte ayer porque fue un día laboral.
Hay que enteder las colas cuando un museo o un centro cultural es gratis. ¡Qué es caro!
Todos tenemos derecho a sentir la cultura y todos tenemos ojos, algunos sólo podemos decir, me gusta o no (sin entender de técnicas ni estilos ni biografías). No hay razas superiores para contemplar la belleza. Jope
Por cierto, me alegré un montón de verte en La Palabra.
Este blog tiene mucho sentimiento
eso, en LA PALABRA, gracias Francisco O. Campillo.
este comentario no procede para esta entrada pero quería felicitarte por la nota que dedican a tu blog en este periódico gratuito de cuyo nombre no es que no quiera acordarme, es que no lo sé. bueno, lo dicho, que felicidades y que seguimos leyéndote siempre con el mismo gusto.
Velazquez… Mariam se sorprendía de que me sentase en el suelo frente a las Meninas. Luego venció el pudor y lo comprendió.
Goya. Fui con mis hijas al Prado hace tres años -tenían 8 y 5 años- para ver media docena de cuadros, no más. Al terminar, le pregunté a Ana (la más peque) que cuál era su favorito
– El de los muertos, me contestó.
se refería a los "Fusilamientos" ¡Qué fuerza tiene Goya!
Me alegro de que disfrutases de El Prado.
Por cierto, te he visto en LA PALABRA 😉