Decíamos que uno de los orígenes del hábito de la lectura era el aburrimiento infantil. Y en los atinados comentarios a esa entrada se hablaba de esfuerzo y placer. Ignoro si la lectura procede de la desocupación y el tedio, pero conduce al placer. Es, un «vicio sin castigo». Como afirma Antonio Muñoz Molina en un artículo excelente, “uno no lee para aprender, ni para saber más, ni para escaparse. Uno lee porque la lectura es un vicio perfectamente compatible con la escasez de medios, con la falta de esa audacia que otros vicios requieren, y, más importante todavía, con la absoluta pereza. El buen aficionado lleva a cabo la mayor parte de sus mejores lecturas en diversos grados de proximidad a la posición horizontal. Bien es verdad que también se somete a las mayores incomodidades: lee de pie, en un vagón del metro; lee en la dura silla de una biblioteca pública, bajo una luz escasa que le daña los ojos; incluso en medio de la calle, con la misma impaciencia con que alguien que ha comprado una barra de pan recién hecha le arranca el pico tostado y se lo va comiendo en el camino hacia casa.” Un poco más adelante, recuerda al vicioso Cervantes «aficionado a leer hasta los papeles rotos de las calles». Como afirmaba Pedro en el comentario a la primera entrada de la serie, leer requiere esfuerzo: mucho más que apretar un botón de un mando a distancia. Y, tras el esfuerzo, llega el placer, que le conquista a uno para el resto de su vida. Me gusta la palabra vicio para calificar nuestra actividad como lectores. Si los chicos fueran conscientes de su carácter transgresor, diletante, contrario al orden establecido, rupturista… Yo soy particularmente vicioso. Hasta lo que puedo confesar aquí, mis vicios preferidos «sin castigo» son el cine y la literatura. Somos pecadores sin redención.
(Por cierto, las más pecadoras son mujeres jóvenes universitarias)
(La fotografía es de cris_pmnsulqnalt)
Seguiremos con el vicio, Ana, Pedro y Alberto. Y hablaremos de más vicios como el cine, Alberto. Te lo aseguro.
No puedo estar más de acuerdo con lo que dices. Espero que dediques otro tema a hablar de ese otro vicio que tienes, como es el cine.
me declaro vicioso irredento
sigamos pecando pues!