La Gramática apasionada y polémica

No queda explicada la tendencia a prescindir de algunos artículos en la parla actual. No se sabe si es influencia del inglés o del vascuence. Quizá sea solo simple tontería. Miguel de los Santos Uribe redarguye que en la lengua vascongada sí hay artículos. Por ejemplo, dice, «gizonsignifica ‘hombre’ y gizona ‘el hombre’». Bien, pero se trata de un sufijo. De paso, comenta don Miguel que tendríamos que decir «Donostia» (= el santo de Ostia), no «Donosti». No soy vasquista ni vascólogo, pero considero que Donostia es simplemente San Sebastián. El santo para los vascoparlantes es don o done, abreviatura de Dóminus. Que me corrija quien más sepa.

Ignacio Frías certifica que Osasuna quiere decir «la salud». Por tanto, si decimos «el Osasuna» (por el equipo de fútbol), estaríamos mezclando dos artículos. Lo que considera don Ignacio «curioso y desconcertante» es que todo el mundo acepte sin rechistar esa complicada norma léxica de no mezclar dos artículos. Por eso, de modo excepcional,Osasuna es el único equipo de fútbol que no lleva artículo en castellano. Don Ignacio remacha que la prescindencia del artículo es frecuente en Madrid con los topónimos callejeros: «Vamos a Callao, pasamos por Montera, cogemos el metro en Ventas». Más fuerte es decir «Sol» por «la Puerta del Sol» (en la que no hay tal puerta). Creo que se trata de una costumbre de abreviar las paradas del Metro.

Juan J. Carballal sostiene que, si hablamos en español, lo lógico es decir «el Osasuna» o «la Zarzuela» (por la residencia del Rey). No está de acuerdo con mi crítica de decir «el Opus», pues se trata del «trabajo de Dios». No, señor. Opus es «obra». Realmente, los miembros de esa asociación dicen muchas veces «la Obra». El trabajo en latín sería más bien labor. La obra es el resultado del trabajo. Por tanto, lo correcto sería decir «la Opus». Nadie me va a hacer caso.

José Daniel López Salazar ridiculiza ese «sonsonete con que remata Tráfico sus consejos: Jefatura de Tráfico, Ministerio del Interior, Gobierno de España. Les falta añadir Comunidad Europea«. No creo que los de Tráfico lo hagan con ironía. Para mí que se quedan algo cortos si no añaden «Organización de las Naciones Unidas». Por cierto, ese es otro ejemplo en el que se prescinde bonitamente del artículo. Así, «tengo un puesto en Naciones Unidas».

Carlos M. Padrón me critica, con razón, mi frase «Yo soy un hombre de los que les gusta…». La verdad es que no suena bien. Don Carlos propone una versión más larga y certera: «Yo soy un hombre de esos a los que les gusta…». Lo mejor será evitar ese circunloquio de que uno es parte de ese conjunto que piensa o actúa de una u otra forma. Más fácil es decir «A mí me gusta…».

Francisco Moreno Doncel insiste en la norma académica de escribirTexas o México y pronunciarlas con la castiza jota. Añado que, en el español de España, podemos escribir y pronunciar «Tejas y Méjico«sin que tiemble el misterio. Por lo mismo en las tiendas de ropa se ofrecen «pantalones tejanos», aunque, naturalmente, poco o nada tienen que ver con el estado de Texas o Tejas. Más corriente es decir «vaqueros», una asociación que solo existe en España. Lo curioso es que, en su origen, fue una prenda de los mineros, los buscadores de oro en California, no de los vaqueros. Eran azules porque se trata del tinte más fácil de lograr. En los Estados Unidos se llaman jeans odenims. Esas voces son corrupciones de Genoa o Nimes, ciudades de donde provenía la famosa lona azul. También se llaman levis, por Levi Strauss, el tendero de San Francisco que se hizo millonario con el lanzamiento de esa prenda.

(Amando de Miguel en  Libertad Digital, 3 de  diciembre de 2012. Enlace al artículo aquí)


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