Estructuras argumentativas (Fuentes Rodríguez & Alcaide Lara, 2007, pp. 43–53).
Estructuras argumentativas simples
El esquema es argumento → conclusión
Este esquema puede ser ampliado, si es necesario, haciendo explícita la base argumentativa.
La estructura funcional de cada argumento puede contener varios argumentos a favor o en contra de una conclusión (que haya varios argumentos no es sinónimo de una estructura múltiple).
Las estructuras argumentativas simples pueden ser:
- Conclusión-argumento. Se parte de lo general a lo particular.
- Argumento-conclusión. Se sigue un proceso deductivo de lo particular a lo general.
- Contraposición. Se rechaza lo que no es. Se parte de la postura contraria para rechazar, de este modo, posibles objeciones.
- Componentes básicos acompañados de algún elemento que aporte fuerza argumentativa en el argumento o en la conclusión. Este elemento subraya la fuerza argumentativa de la argumentación.
- Encadenamiento argumentativo acompañado de la base argumentativa.
Estructuras argumentativas complejas
El esquema es también argumento → conclusión, pero el argumento puede estar formado por otro encadenamiento argumentativo del mismo tipo. Se hace manifiesta la ley de recursividad: unidades mayores pueden desempeñar la función de unidades menores.
Las estructuras argumentativas complejas pueden ser:
- Movimiento argumentativo complejo como argumento de una conclusión: recursividad argumentativa o construcción arracimada.
- Coorientación + antiorientación. El hablante expone argumentos para demostrar su opinión y rebate, al mismo tiempo, otras posibles opiniones.
- Reserva. Establece unas circunstancias en las que hay que reintepretar y relativizar todo lo dicho con anterioridad, de modo que se puede llegar a conclusiones contrarias a la expuesta.
Fuentes Rodríguez, C., & Alcaide Lara, E. R. (2007). La argumentación lingüística y sus medios de expresión. Madrid: Arco Libros.